La European Publisher Council (EPC), entidad que engloba a las más grandes empresas de medios europeos, es la plataforma a través de la cual se produjo la Declaración de Hamburgo, la cual expresa la posición de los medios masivos (radio, televisión, internet, revistas, etc.) respecto de los derechos de propiedad intelectual en la era digital con el afán, según esta institución, de garantizar la libertad de prensa y la calidad del periodismo en línea.
La Declaración de Hamburgo, plantea un tema sumamente interesante ante la globalización de las comunicaciones, más en específico respecto del internet, afirmando que el internet “ofrece inmensas oportunidades para el periodismo profesional – pero sólo si las bases de la rentabilidad se mantienen aseguradas a través de los canales de distribución”, lo cual en opinión de los grandes administradores de medios “no es actualmente el caso”.
La posición de la EPC es que muchos otros usuarios de internet (por ejemplo Google o muchos blogs que enlazan noticias) se encuentran utilizando los trabajos de los periodistas, escritores, reporteros, broadcasters, etc, sin pagar por ello, lo que supone que “en el largo plazo, esto amenazará la producción de contenido de alta calidad y la existencia del periodismo independiente”, (entiéndase por “utilizar” lo que sucede con las noticias que uno encuentra en el Google News, sólo por citar uno de los ejemplos más mentados).
La que para mí es la frase central de la Declaración de Hamburgo está referida a que “El acceso universal a la red no necesariamente significa acceso gratuito a todo su contenido”; tema harto discutido y sobre el cual se han emitido distintas opiniones por todos los “protagonistas” de la gran red.
La posición de Google al respecto (y la de muchos otros motores de búsqueda que utilizan las noticias que surgen de estos medios amparándose en el derecho de cita) es que esta colabora con las páginas donde se almacenan los contenidos noticiosos de las empresas de medios, ya que los ayuda a obtener dinero por publicidad, debido a que el buscador de Google remite a los usuarios a las páginas de noticias a un ritmo de más de mil millones de clic al mes. Además agrega, que enlazando dichos contenidos no afecta los derechos de autor de los administradores de medios.
Las posiciones más radicales en cuanto a los usuario de la red consideran que todos los contenidos que se encuentran en el “ciberespacio” deberían ser gratuitos a fin de poder ser utilizados por todos de manera libre, amparándose en que los titulares de derechos de los contenidos protegidos se benefician de la rentabilidad que les genera la publicidad y negar la posibilidad de enlazar (linkear) o citar estaría restringiendo su derecho de acceso a la cultura.
¿Cuál es mi posición al respecto? Pues ninguna demasiado definida. La importancia de la Declaración de Hamburgo, más allá de la posición de las grandes corporaciones de medios, es que responde a una necesidad latente de establecer las reglas que gobernarán la red, no sólo respecto de la administración de los derechos de propiedad intelectual sobre las obras y contenidos que se encuentran alojados en el internet y la necesidad de adaptar la actual normatividad al respecto (o la casi inexistencia de la misma en el caso de nuestro país) a fin de establecer las bases de lo que pudiera ser la revolución o la reafirmación de los derechos de propiedad intelectual en un nuevo entorno.
En esta discusión estamos comprometidos TODOS: bloggers, lectores de noticias, followers de twitters, chatters, gamers y esa larga lista que representa este gran universo online, ya que somos nosotros a quienes se nos presenta la posibilidad de definir el futuro de la red de redes.
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