Por: Alfredo Lindley-Russo

Es fascinante Santiago, la manera en cómo has seguido un razonamiento circular: cuestionando el post, identificado el problema, sugiriendo una solución, identificando un nuevo problema, cuestionando tu propia solución y sugiriendo una vez más otra salida. Es decir, todo un ejercicio dialéctico. Nos agrada recibir este tipo de comentarios y los alentamos, pues eso aviva la discusión. De eso se trata este blog. (Para ver el comentario de Santiago clickea aquí)

Pero, para responder detalladamente tu comentario, me he tenido que tomar un espacio mucho mayor del esperado y por eso he preferido hacer de mi respuesta un post, para lo cual me he tomado la libertad de extraer algunas citas de tu comentario.

Lo que anotas es un resumen de las discusiones que se plantean cuando se reflexiona en torno a la propiedad intelectual.

I
Un tema al que haces referencia, es el incentivo a la creación: “a quien le cobrarían los autores de música, productores de películas y creadores de video juegos si es que con un solo producto vendido este ya ingresaría a la red y el mundo entero tendría derecho de obtenerlos gratuitamente?”, te preguntas. Éste es el argumento que más frecuentemente se utiliza para defender la existencia de los derechos de exclusiva que otorgan tanto en los derechos de autor como en las patentes de invención: la expectativa de ganancia del autor o inventor fomenta la creación de obras e inventos, respectivamente.

Pero, ¿has notado que Shakespeare y Cervantes escribieron las obras cumbres en inglés y castellano, respectivamente, antes que ya existieran derechos de autor? ¿Te has puesto a pensar que Henry Ford tuvo que luchar contra los dueños de la patente del automóvil (un cartel cerrado desinteresado en la producción masiva de modelos económicos y que más bien fijaba cuotas de producción) para poder desarrollar su famoso modelo T? ¿Sabías que los hermanos Wright impedían la implementación de nuevos modelos aeronáuticos y que la industria aeronáutica pudo surgir recién desde que la patente caducó? ¿Tenías idea que James Watts impidió por medio siglo el uso de máquinas a vapor y cuando terminó la patente, se produjo la revolución industrial? Como vez Santiago, a veces los derechos de exclusiva terminan siendo un estorbo antes que un incentivo (y ojo que tú eres un hombre de negocios amante de los autos y los aviones).

Por otro lado, si en el verdadero sustento de los derechos de exclusiva fuera el “incentivo” yo te pregunto ¿qué incentivo tiene un autor muerto hace 70 años? (el tiempo que duran los derechos de autor es de hasta 70 años después de su muerte).

Ojo que no es que los derechos de exclusiva estén bien o mal. De hecho sí existen justificaciones para su existencia, pero no va por un tema de incentivos (eso es secundario). Los verdaderos motivos que justifican su existencia están relacionados con costos de transacción. Pero ese es un tema que no discutiremos aquí. No por ahora…

Pero lo que sí quiero que quede claro, es que es dependiendo de la manera en que se manejen los derechos de exclusiva, se van a generar situaciones positivas o negativas. De ahí que la legislación y la jurisprudencia debe buscar que la aplicación de los derechos de exclusiva logren un equilibrio justo entre el libre acceso y la recompensa justa.
II
Más adelante dices: “Estamos en un momento de riesgo para todos los productos masivos intangibles”. Yo discrepo contigo, pues como ya he dicho antes, el nuevo contexto que se nos presenta es una oportunidad y no una crisis. No es que “se debe buscar la forma de proteger la piratería, de lo contrario, veremos morir algunas industrias” como sugieres, sino que son las industrias las que deben advertir la nueva realidad del mercado y adaptarse, reinventarse para que puedan ser sostenibles en el tiempo.
III
Tampoco creo que hayan sido los altos precios, más la tecnología lo que ha generado la piratería desde hace unos 10 años atrás, como tu señalas. En un post anterior (¿Un mundo sin piratería?: el circuito cinematográfico puneño) ya comenté este asunto: ¿Recuerdas la década de los ochentas y principios de los noventas? En esas épocas hasta los locales más formales vendían o alquilaban casetes de BetaMax y luego de VHS… y todos eran piratas. Incluso hasta en lugares como E.Wong se podíamos encontrar las películas de Bruce Lee, Rambo, etc. en cuya parte de afuera se veía una foto (impresa en papel fotográfico) de la película o sus personajes. Y así, tú y yo pudimos disfrutar de esas películas (muchas veces con un paupérrima calidad de imagen y sonido) mientras crecíamos visitando a las casas cercanas en el barrio, donde éstas pelis se alquilaban… hasta que llegó Blockbuster y “se jodió la Francia”.

Para mí, la cultura de la piratería (como tú la llamas) tiene un componente esencial: la necesidad de acceder a la obra. El precio puede ser un disuasivo para acceder a una copia no pirata y la tecnología puede ser una facilidad para acceder a una copia pirata. Pero la génesis del asunto, esta en las ganas de acceder.

IV

Posteriormente, Santiago, en tu razonamiento haces un alto y te cuestionas: “Lógico que lo que escribo puede entonces llevar a otro debate aun más complicado como es el socialismo y el control relativo del mercado, lo cual va en contra del libre mercado y lamentablemente está comprobado que el socialismo extremo y el comunismo solo lleva al retraso y pobreza, por lo que como conclusión final tal vez sea el destino ineludible de algunas industrias y todos debamos dejarlo así ya que las soluciones a estos problemas nos llevarían a otros de peores consecuencias.”

Sobre el tema del socialismo, te cuento que, quienes preconizamos el libre acceso a las obras, usamos fundamentos liberales, y para nada socialistas. No es un tema de justicia por acceso a la cultura o de igualdad de resultados. Es más bien son cuestiones económicas (relacionada con los costos de exclusión y consumo rival) y de libertad. La explicación de lo anterior escapa los propósitos de este comentario (aunque sobre el particular este blog ya tiene un post -sin publicar- que sacaremos a la luz cuando sea oportuno).
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Además, prefiero ponerme menos economicista y más romántico en esta ocasión y citar al gran político, estadista, arquitecto e inventor norteamericano Thomas Jefferson, un educador bastante lúcido que creía en la libertad de las ideas y en los peligros inherentes a la restricción de su aplicabilidad. Para él, no se debe restringir la libre difusión de ideas, que al ser universales deben alcanzar a todo el planeta para la instrucción moral del hombre y el mejoramiento de su condición. Y lo cito: “Aquel que recibe conocimientos de mí, recibe conocimientos él sin disminuir los míos” (si notas, está hablando del consumo no rival). El mismo Jefferson, mientras discutía las bases que sustentaría posteriormente la construcción de uno de los países más poderosos del mundo, consideraba que la función del gobierno es diseminar la información útil para los ciudadanos, en lugar de asegurar ganancias para los innovadores. ¡Ello aún cuando él mismo era inventor! ¡Tremendo ejemplo de este magnífico personaje de la historia, no solo norteamericana, sino universal!

Ahora bien, si quieres ahondar más en el tema de la producción de contenidos gratuitos (y legales) en la Internet, el socialismo y el capitalismo, te recomiendo leer el post MEMORIAS DE UN PUEBLO FANTASMA, CERVEZA GRATIS Y SOCIALISMO 2.0 publicada en Blawyer, así como la discusión que se produjo, tanto ahí como en este otro post ¿ES LA WEB 2.0 SOCIALISTA? también publicada en el mismo blog. Estas cuestiones podrían ayudarte a superar algunas de tus dudas.

V

Siguiendo en tus elucubraciones, y ya casi a punto de tirar la toalla por haberte entrampado en tu propio razonamiento, te resistes a caer al piso y como MacGiver utilizas tu “navaja multiusos” para salvar la situación: “Salvo que combatan el fuego con más fuego, siendo estas industrias las que deberían invertir en tecnología para evitar la piratería como lo ha hecho Sonny con el PS3. Entonces las industrias deberán invertir constantemente en encontrar nuevas tecnologías que impidan la piratería”. Concluyes…

Pues yo no estoy tan seguro. El fuego con fuego podría servir. De acuerdo. Y de hecho, estrategias similares pueden resultan muy efectivas. Por ejemplo, La guitarra, batería, micrófono de GUITAR HERO, ROCK BAND, BAND HERO, SING IT; la base de timón de MARIO KART WII; el Wii Balance Board de WII FIT; el Glow Saber de STAR WARS; el skate de TONY HAWK: RIDE IT; la alfombra de daile de DANCE REVOLUTION ; los guantes de box PUNCH OUT, WII SPORT; etc. No solo es el tema del juego (un CD “pirateable”), sino que necesitas un accesorio. Es decir, ya no hablamos únicamente de “consolas” y “discos de juegos”, también hablamos de “periféricos”, cuya piratería es más complicada por una cuestión de costos… y para cuando se consigue copiar, la tecnología o el juego ya evolucionó.

Pero a la larga, creo que este tipo de estrategias termina por desgastar más las relaciones empresa-consumidor, y no siempre garantiza que alguien en la Av. Wilson pueda encontrar la manera de un buen pichicateo. Además –reconozcámoslo- no todas las industrias culturales pueden echar mano de este recurso que funciona bien en el negocio de los videojuegos. Particularmente, no creo que la mejor opción sea enfrentarse al consumidor. Me gusta más la idea de que el empresario se una al consumidor y le de lo que él desea y no que pretenda venderle lo que el empresario produce. Por eso digo que es momento de reinventar el negocio. Y para eso también hay ejemplos:

El primer ejemplo que te cito, es el primero que yo conocí. Cuando estaba en quinto de secundaria, la Miss Magdalena nos obligó a leer una obra (y recalco las palabras “nos” y “obligo”, porque a ti también te cayó la mancada y en mi caso nunca quise hacerlo)… cualquier obra. Como yo no estaba acostumbrado a leer aproveche que el diario EXPRESO sacaba por fascículos “Yo amo a mi mami” de Jaime Bayly. Así, leía solo el fascículo que se publicada semanalmente con cada ejemplar del diario. Me gustó la estrategia de Bayly que para publicar su libro a un precio accesible evitando la piratería utilizó esta estrategia, que no es nada nueva pues por ahí me parece haber leído un artículo que comentaba que “Los Miserables” (Victor Hugo) y “Los Tres Mosqueteros” (Alejandro Dumas), también utilizaron estrategias de publicación similares. Aquí, el negocio apunta a la primicia y no a la exclusividad.

Ya años más adelante en la universidad, me tope con un libro llamado “El Náufrago”, una crónica periodística escrita en forma novelada que cuenta las peripecias de un marinero colombiano que sobrevivió al naufragio de un buque de la armada colombiana que llevaba productos de contrabando, el cual también fue publicado de manera similar. En este caso, el periodista –un joven de nombre Gabriel García Marquez- fue publicando por partes la noticia y la gente compraba el diario para ver que pasaba con la historia.

Como vez, los escritores pueden ser contratados por los medios de comunicación. No solo García Márquez, lo ha hecho, también Jaime Bayly, Mario Vargas Llosa, Truman Capote y tantos otros.

Otros ejemplos de modalidades que se pueden utilizar para reinventar los negocios, los podemos encontrar en la historia. El mecenazgo (protección dispensada por una persona a un escritor o artista), por ejemplo que funcionó durante el renacimiento. Hoy en día, bien podrían existir empresas que auspicien artistas o escritores, para publicitar sus productos u obtener la imagen de entidades que poyan a la cultura.

Por otro lado, los fabricantes de hardware necesitan de un software para vender sus máquinas, así que deberán contratar a programadores. También se pueden celebrar convenios con tiendas comerciales en donde un porcentaje del valor de la compra de una mercancía, es donada por la empresa o la tienda a una causa elegida por el comprador. Así, la tienda tiene una lista de opciones y el comprador elige a cuál de ellas se beneficia con su compra (cine, editorial, teatro, música, universidad, colegio, etc.).

El disco de Noel Gallagher regaló un disco semi-acústico titulado The Dreams We Have As Children a través de Internet. Como se comenta en ¿UN MUNDO SIN PIRATERÍA?: EL CIRCUITO CINEMATOGRÁFICO PUNEÑO los canales de distribución de la industria de la música vernacular (que tiene un amplio mercado en Lima) son “El Hueco”, “Polvos Azules”, etc. Muchas de esas copias, no son hechas solo por el titular de los derechos (seguramente). Pero los titulares (cantautores que muchas veces hacen de productores), no se quejan de ello. Están tranquilos, porque esa es su manera de entrar al mercado. Ellos autorizan tácitamente, para que sus discos se copien y vendan en estos lugares. Cuanto más se venda, serán más conocidos y su verdadero negocio (conciertos) se vería beneficiado. Este mismo fenómeno se repite en otras latitudes.

También existen otros ejemplos de renovación empresarial. En el post DE GUTENBERG A IPOD (ALTERNATIVAS DE LA INDUSTRIA EDITORIAL), se pone el ejemplo de los editores japonesas que hasta han inventado un nuevo género literario: el "ketai shosetsu" (novela para el móvil), que ha dado espacio a las historias cortas y a nuevos autores. La empresa Digi-Book, dedicada en exclusiva a este negocio y que registra ventas anuales por 1.000 millones de yenes (equivalente a 7,7 millones de euros), cuenta con un grupo de jóvenes escritores que no sobrepasan los treinta y que se dedican a escribir novelas cortas. Adiós a los escritores románticos, que escriben en un ejercicio heróico de supervivencia y con los dedos cruzados para conseguir que alguien los publique y recién poder percibir ganancias.

NOKIA saca celulares donde se puede descargar música gratis durante un año y el consumidor no percibe que las paga en el teléfono (pero las paga igual). La compañía de software sueca Global Gaming Factory X adquiere el portal sueco "The Pirate Bay", con mira a impulsar un nuevo modelo de negocio P2P con "compensación" a los suministradores de contenido y los dueños de la propiedad intelectual. (mira estos ejemplos aquí)

Evidentemente, no todos los esfuerzos van a dar resultados positivos. En algunas oportunidades el negocio reinventado puede ser un rotundo fracaso. Pero es el riesgo natuiral que corre cualquier empresario. Tú como hombre de negocios, lo sabes muy bien.

VI
Finalmente, quiero aclarar: no es que yo sea un abolicionista de los derechos de autor, ni que considere que estos derechos de exclusiva no deberían existir. Sino que considero que están perfilados a partir de una tecnología específica (libro) que ya ha sido superada hace mucho tiempo por lo que de intentar una aplicación estricta de los mismos, conduce a situaciones que son verdaderamente ridículas, prepotentes y hasta autoritarias. Por eso, yo soy de la idea que la protección que se le deben dar a los derechos patrimoniales de autor, deberían flexibilizarse en la medida justa que permita a sus titulares lucrar con ello, sin llegar a los extremos abusos que desde hace algunos años hemos venido presenciando. Esta flexibilización por su puesto, no es aplicable a los derechos morales.

Termino este "post-respuesta" como lo hice anteriormente con otro porque me parece que es pertinente hacerlo: Santiago, “no le tengamos miedo al cambio. Así como ya pasaron los años del fonógrafo, hoy estamos frente a una nueva realidad digital que exige a los derechos de autor una adecuación. Siempre habrán –como dice Umberto Eco, uno de los 20 intelectuales más influyentes del mundo- “Apocalípticos e Integrados”… yo me considero un integrado"; te hago la pregunta Santiago: ¿y tu?

Una vez más, muchas gracias por tu comentario. Un abrazo amigo…

4 comentarios:

Pichilon dijo...

Solo para complementar el tema, copio este link:

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Descargas/ilegales/elpepuopi/20100115elpepiopi_8/Tes

Entre otras cosas, se dice lo siguiente:

"(...)Se hacía música antes de la existencia del copyright, y se seguirá haciendo música después de la desaparición del copyright(...) Los músicos seguirán ganándose la vida como siempre lo han hecho, y las descargas gratis serán una buena manera de hacerse publicidad.

Lo que sí desaparecerá es el star system y la industria discográfica. Pero esto no tiene nada que ver con las descargas. El producto de la industria discográfica ya es anacrónico, y por las leyes del mercado no tiene otra posibilidad que desaparecer, así como lo hicieron los constructores de coches de caballos al principio del siglo XX."

Saludos.

Goodkat dijo...

Hola Alfredo. Se nota que has leído a tu tocayo Bullard en tus ratos libres.

Éxitos y felicitaciones por el blog.

Luis Felipe Mondoñedo dijo...

En una entrevista que publicó PERU 21 el 19/01/10, al editor peruano Germán Coronado quien dirige PEISA, se comentó -entre otras cosas- lo siguiente:

“Solo debemos estar atentos a los avances de la tecnología. Hay 17 tipos de soportes y los editores debemos prepararnos para que nuestros productos sean compatibles con estos. Yo he tenido en mis manos el I-book, y me parece fantástico. Debemos adecuarnos porque la tecnología puede ayudar a superar la brecha que separa a un editor corporativo de uno pequeño.”

(…)

Porque quienes van a controlar el mercado del libro ya no serán las corporaciones. Los editores ya no tendremos problemas de stock, de almacenamiento. La venta de libros será a través de archivos digitales y por demanda. Un editor no vende un objeto: vende el contenido. A muchos les cuesta entender esto. Hoy, el soporte es de papel; mañana será digital.

(…)

Si bien el autor es el creador del contenido, el creador del libro es el editor quien, además, garantiza la calidad del contenido. El editor lucha por presentar ediciones pulcras, sin erratas, bien diagramadas, etcétera. (…) Es más, uno puede dar información adicional –enlaces, biografías, entrevistas, videos, por ejemplo– que enriquecerá el producto. Esto lo hará el editor; por eso, creo que seremos más necesarios que nunca.”

La entrevista entera la pueden encontrar aquí:

http://peru21.pe/impresa/noticia/editoriales-independientes-somos-refugio-calidad/2010-01-19/265988

Saludos
LFM

Alfredo Lindley-Russo dijo...

El cine chileno y las nuevas formas de creatividad y distribución:

Otro ejemplo de reiventar negocios para adaptarlo a la era digital, es el nuevo tipo de distribución de obras cinematográficas chilenas.

Hoy en día, los cineastas chilenos comienzan a experimentar cada vez más los beneficios de licenciar sus películas con Creative Commons (ver post de Creative Commons aquí http://porpiedadintelectual.blogspot.com/2009/11/sabes-que-son-los-creative-commons.html):

"Hay que ponerse a tono con los tiempos y ahora la mayoría de los contenidos son gratis, entonces quisimos dar un paso en esta ética nueva, ya que esto plantea un modelo de negocios que tiene que cambiar, y generar un paradigma nuevo".

Para ver con mayor detalle este caso de estudio entren aqui:

http://wiki.creativecommons.org/Case_Studies/El_Cine_Chileno_y_las_nuevas_formas_de_creatividad_y_distribuci%C3%B3n
encuentra la noticia completa aquí

Saludos
Alfredo Lindley-Russo

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